Todos conocemos a alguien que cumple con lo que se le pide, pero necesita más tiempo, recursos o esfuerzo que otros para lograrlo. También conocemos a esa persona que, sin hacer mucho ruido, logra más con menos.
En el trabajo, como en la vida, no basta con cumplir: hay que destacar. Y ahí es donde aparece la diferencia entre ser eficaz y ser eficiente.
🆗¿Qué significa ser eficaz?
La eficacia se refiere a la capacidad de lograr un objetivo o resultado esperado. Si te asignan una tarea y la completas tal como se pidió, estás siendo eficaz. Es decir, haces lo que se espera de ti.
✅ Ejemplo: Esta medicina es eficaz para aliviar el dolor de cabeza rápidamente. En el ámbito laboral: Un colaborador eficaz cumple con los objetivos del trabajo.
🆗¿Qué significa ser eficiente?
La eficiencia va más allá. Implica realizar una tarea utilizando la menor cantidad de recursos posibles: tiempo, dinero, energía, personal, etc. No solo haces el trabajo, sino que lo haces de forma optimizada.
✅ Ejemplo: Este vehículo es eficiente porque recorre más kilómetros con menos combustible. En el trabajo: Un colaborador eficiente logra más con menos recursos.
🆗La clave está en el “cómo”
Mientras que la eficacia se enfoca en el resultado, la eficiencia se enfoca en el proceso. Un equipo puede ser eficaz cumpliendo sus metas, pero si necesita el doble de tiempo y presupuesto, no es eficiente. Por el contrario, un equipo eficiente es capaz de lograr lo mismo (o más) en menos tiempo y con menos esfuerzo.
🆗¿Cuál deberías priorizar?
La respuesta ideal es: ambos. Un profesional que logra sus objetivos (eficaz) y lo hace de forma inteligente y optimizada (eficiente), aporta un valor real y sostenible a su organización.
No confundas eficacia con eficiencia. Cumplir con los objetivos es importante, pero cómo llegas a ellos marca la diferencia. Si quieres destacar en el entorno laboral, empieza por ser eficaz, pero no te detengas ahí: busca ser eficiente. Porque al final del día, las empresas no solo necesitan resultados, sino resultados bien logrados.