Uno de los retos más importantes en el mundo corporativo es mantener a los colaboradores motivados y comprometidos. Según un estudio realizado por Apprecio, firma especializada en programas de lealtad en la región de Latinoamérica, un 36% de los trabajadores peruanos se encuentra desmotivado, lo que repercute directamente en la calidad del servicio ofrecido al cliente final.
Para enfrentar este desafío, es fundamental implementar estrategias que mejoren la experiencia del empleado desde su ingreso hasta su salida de la organización. Aquí es donde entra en juego el Employee Journey Map, una herramienta poderosa en la gestión del Employee Experience (EX)
¿Qué es el Employee Journey?
La elección de las métricas UX depende de varios factores, incluyendo lo que valoran tus grupos de interés y cómo estas métricas se alinean con los KPIs (indicadores clave) de tu negocio. Como regla general, es recomendable usar al menos una métrica de Satisfacción y una de Eficiencia, ya que te proporcionan una visión equilibrada de cómo se siente el usuario y qué tan bien funciona tu producto.
Basado en un modelo desarrollado por Buljan and Partners Consulting, el Employee Journey se divide en seis etapas fundamentales:
ENCONTRAR: En esta primera fase, el futuro empleado se encuentra en la búsqueda de información sobre la empresa y participa en el proceso de selección. Es crucial que la compañía se proyecte de manera atractiva con una presencia digital sólida, ya que la primera impresión marcará la relación que el candidato tendrá con la organización.
ENTRAR: Una vez seleccionado, el empleado inicia su proceso de inducción. En esta etapa se integran las expectativas y emociones del nuevo colaborador. Es vital proporcionarle las herramientas necesarias para que pueda desempeñar su labor eficientemente y asegurarse de que sienta el respaldo del equipo desde el primer día.
CRECER: Durante los primeros meses, el empleado asume sus primeras responsabilidades y proyectos. Es el momento en que la empresa debe ofrecer formación continua, así como retroalimentación constante para fomentar su desarrollo profesional. El feedback efectivo y el aprendizaje en el puesto son elementos clave para su crecimiento.
CONSOLIDAR: Con el tiempo, el empleado ya ha alcanzado un buen desempeño en su rol y empieza a buscar oportunidades de reconocimiento y crecimiento. Esta fase, que suele ser la más larga, es crucial para que el trabajador sienta que su esfuerzo es valorado. Aquí entran en juego aspectos como las condiciones laborales, el reconocimiento por logros, y las oportunidades de desarrollo profesional.
CAMBIAR: Llegado un punto, el empleado puede sentir la necesidad de nuevos retos. Esta fase implica tanto la movilidad interna dentro de la organización como la búsqueda de oportunidades fuera de ella. Es esencial que la empresa gestione este cambio de manera proactiva, ofreciendo alternativas de crecimiento antes de que el talento decida buscar fuera.
SALIR: Finalmente, cuando el colaborador decide dejar la empresa, es importante llevar a cabo un proceso de salida ordenado y respetuoso, manteniendo una buena relación que permita futuras colaboraciones o recomendaciones. Una desvinculación bien gestionada asegura que, incluso fuera de la empresa, el excolaborador hable positivamente de su experiencia laboral.
Entonces, ¿Por qué es importante el Employee Journey?
Cada interacción a lo largo de estas etapas es crucial para la experiencia del empleado. Si una empresa logra mantener una coherencia y cuidado en cada punto de contacto, generará un entorno donde los colaboradores se sienten valorados, lo que impactará positivamente en su desempeño y en la relación con los clientes. Recuerda que una buena experiencia interna se refleja en la satisfacción externa.
El Employee Journey es más que una herramienta de gestión; es un enfoque estratégico que promueve un ambiente de trabajo saludable y productivo. Y tú, ¿Qué acciones estás implementando en tu empresa para mejorar la experiencia de tus empleados?
Créditos: Julio Cortez CX