Jefes con Ego, Equipos en Peligro


Imagina una oficina donde las ideas no fluyen, las reuniones se convierten en monólogos y el talento se ahoga en silencios incómodos. ¿Te suena familiar? En muchos casos, el problema no es la estrategia, ni el presupuesto, ni siquiera la competencia. Es algo más sutil, pero igual de letal: un ego inflado en la silla del líder.

El ego desmedido no sólo es molesto; es un enemigo silencioso del crecimiento organizacional. Se disfraza de seguridad, pero en realidad es inseguridad con corbata.

¿Cómo identificarlo? Aquí te damos señales claras (y dolorosamente reales) para reconocer cuándo el ego ha tomado el control del liderazgo.


🔍 Señales de que el ego está al mando

🆗1. Habla más de lo que escucha

Un verdadero líder escucha para comprender, no para responder. Pero el ego necesita ser el centro del universo. Frases como:

“¿Para qué me cuentas eso?, yo ya lo sé.” “Perdón que te interrumpa, tengo algo más importante que decir.” ...son síntomas claros de una mentalidad cerrada al diálogo.


🆗2. Necesita tener siempre la razón

La verdad no es negociable... cuando manda el ego.

“Disculpa, pero aquí el que sabe soy yo.” “Si lo digo yo, es porque es lo correcto.” Este tipo de jefatura convierte el error en un pecado y el desacuerdo en una amenaza.


🆗3. Toma el crédito y esquiva la culpa

Celebran los éxitos como logros personales y culpan a otros cuando algo falla.

“Gracias a mí logramos ese resultado.” “Si salió mal, fue porque no hicieron lo que les dije.”


🆗4. Prefiere rodearse de personas que le dan la razón

El ego se siente cómodo con el aplauso y le tiene alergia al cuestionamiento.

“Prefiero gente leal que no me cuestione tanto.” “No me interesa lo que piensas si no estás de acuerdo conmigo.”


🆗5. Le molesta que otros brillen

No soporta que alguien del equipo reciba más reconocimiento.

“Ese proyecto salió bien, pero no fue tan difícil.” ¿Resultado? Un entorno donde destacar es peligroso y ser brillante incomoda.


🆗6. No acepta retroalimentación

“¿Tú me vas a enseñar a mí? ¿Recuerdas que soy el jefe?” Quien no acepta feedback, está condenado a repetir sus errores... en cadena.


🆗7. Delega sin soltar el control

Confunden supervisar con microgestionar:

“Confío en ti, pero igual voy a supervisar todo.” “Hazlo como te dije, punto.” Delegar es soltar con responsabilidad, no con desconfianza


🆗8. Confunde respeto con temor

“Aquí se hace con mano dura.” “No necesito caerles bien, necesito que me obedezcan.” El respeto verdadero nace de la admiración, no del miedo.


🧭 Liderar con humildad es poder real

El liderazgo no se trata de demostrar quién manda, sino de construir equipos donde todos crecen, donde se escucha más de lo que se habla y donde el reconocimiento es compartido. El ego inflado solo infla el riesgo de perder talento, visión y cultura.

Hoy más que nunca, las organizaciones necesitan líderes que inspiren, no que impongan. Si el ego está al mando, es momento de hacerle una auditoría urgente... o renunciarle de una vez.


¿Quieres cultivar un liderazgo más sano y efectivo? Comienza por preguntarte: ¿Estoy liderando desde la seguridad o desde el ego? La respuesta marcará el rumbo de tu equipo